Ruta de los Conventos

 

El fervor religioso de finales del siglo XV se extenderá a lo largo del siguiente y, como consecuencia, la Ciudad verá nacer un total de nueve comunidades religiosas.
Las posibilidades económicas de la nobleza y de las familias más ricas harán que ese fervor encuentre cauces materiales para su desarrollo.
Por otra parte, la actitud de la autoridad religiosa también ayudará a que proliferen estas instituciones, pues en algunos casos permitirá que funcionen incluso sin estar oficialmente creadas.
De las ermitas documentadas a finales del siglo XV y durante el siglo XVI, algunas han llegado hasta nosotros y, aunque remodeladas, todavía se aprecian en ellas rasgos estilísticos góticos y renacentistas.

Convento de Gracia

Ha estado regido hasta el año pasado por religiosas de clausura de la Orden Tercera de San Francisco, actualmente está siendo reformado en un hotel de 4 estrellas.
Se cree que el convento se fundó en 1491 por bula de Inocencio VIII, expedida en Roma, aunque este hecho no concuerda con las características arquitectónicas de ciertas partes del convento, como la portada gótica de la iglesia, cuya tipología corresponde hacia la mitad del siglo XV. Realizada con sillares de granito, está formada por un arco apuntado de triple rosca que parte de impostas decoradas y descansa sobre baquetones.

La iglesia del convento de Gracia tiene reducidas proporciones; es de planta rectangular, con una nave de tramo único, cubierto con bóveda de medio cañón.

A principios del siglo XVI, y como consecuencia del intento de cambiar la regla Tercera de San Francisco por la de Santa Clara, varias monjas salieron del convento y, previa autorización, fundaron el de Madre de Dios que observaremos posteriormente.

El benefactor y fundador de este convento fue Garci Martínez de Logroño cuyo sepulcro se encuentra en la iglesia de San Miguel.

Convento
Madre de Dios

Este solar que ocupa buena parte de la manzana, se alza en las que fueran las dependencias del convento de monjas de la orden de la Tercera Regla, y luego de Santa Clara, denominado Madre de Dios, que fue fundado en el año 1502 para acoger a un grupo de catorce monjas y a su abadesa, disidentes del convento de Gracia.

En lo que se refiere a la construcción, son dignos de destacar de ella una portada de arco apuntado, de granito, que fue entrada y que hoy está convertida en ventana.
A la izquierda de la portada, un cuerpo forma esquinazo y sobre él se levanta otra plataforma rectangular que lleva una torreta para las campanas con un vano en cada cara.

Tras la exclaustración del edificio fue enajenado por el Estado, siendo comprado por el marqués de Rianzuela, que lo restauró estableciendo en él un colegio de Segunda Enseñanza.
Más tarde fue convertido en viviendas particulares y al día de hoy presta nuevos servicios docentes.

Beaterio de la
Esperanza

Poco queda de lo que fuera este convento actualmente, sólo la capilla que ofrece un portal adintelado de granito y un escudo con las armas de los patronos del convento.

Este beaterio fue fundado en 1558 por San Pedro de Alcántara, aunque su ubicación definitiva en este lugar se produjo en 1594.

Existen datos que afirman que en año 1701 tenía 18 monjas y 3 legas. Fue secularizado tras la reamortización siendo convertido en casa particular.

En la actualidad se encuentra unido a la casa de los Bullón de Mendoza, marqueses de Selva Alegre.

En esta iglesia reposan los restos de ilustres personajes jerezanos como don Luis de Mendoza Moscoso y Quintana, II conde de la Berrona, así como los del II conde de la Corte, caballero de la Orden de Santiago y regidor perpetuo de Jerez.

Convento de la
Trinidad

Se alzaba en la Plaza de San Miguel.

Por los datos que se conservan sabemos que su fundación se debió a la salida del convento Madre de Dios de tres monjas decididas a crear uno nuevo de la Orden de Santa Clara.

En 1562 logran la correspondiente autorización del Provincial de Badajoz y se instalaron en el nuevo edificio.

Desapareció con la exclaustración y en su solar se edificaron viviendas.

Actualmente se encuentra en él una farmacia cuya entrada está decorada con un portal de granito.

Convento de
San Agustín

El monumento es una edificación de dos plantas, con vanos rectangulares, ofrece una portada con dintel de granito sin ninguna clase de ornamentación.
En los seis balcones superiores, el dintel se adorna con unos cornisamientos que soportan unas molduras prolongadas en dos pilastras, que también defienden unas jambas.
Sobre mesetas se advierten recias barandas de forja y, en el piso bajo, existen rejas en las ventanas del mismo tipo que las superiores. El edificio se remata con una terraza recorrida en todo su frente por una barandilla de hierro a la que sostienen unas pilastrillas, rematadas por once pináculos de loza vidriada. Sobre el balcón del centro, hay un escudo de granito.

El interior se desarrolla a través de un patio central, claustrado en sus cuatro caras, con arcos de medio punto en el piso bajo sostenidos por pilares.

En este edificio hemos de resaltar la obligación que tenían los agustinos de impartir gratuitamente clases en latín, gramática, teología y arte a los vecinos de la ciudad por lo que el convento era un auténtico foco cultural en la población.
Según consta en los archivos, en el año 1791, había en el convento 17 profesores y 3 legos. Más tarde ha desempeñado diferentes funciones desde que, a consecuencia de la exclaustración, fue abandonado por los frailes, entre los años 1835 1837, en lo que se denominó gran etapa desamortizadora. En este momento pasó a ser residencia de los duques de T´Serclaes, a cuya familia perteneció.

Posteriormente se fundó en él, en 1904, la residencia de San Agustín, y dos años más tarde el Colegio Corazón de María para niños.
Después pasó a ser Consistorio de la Ciudad y recientemente ha retomado la ocupación que tuvo anteriormente y se ha convertido en el Centro Cultural “San Agustín”, en el que existen diferentes servicios relacionados con las artes y las letras.

Unida a las dependencias del convento se encuentra la capilla. Su portada principal se abre a los pies del templo, por medio de un arco de medio punto peraltado, al que corona un tímpano triangular, entre acrótreras, sobre el que se muestra otra ventana, con arco de medio punto, y sobre ella una moldura de granito. Encima de la puerta principal se alza una espadaña de dos pisos y tres vanos, dos en el abajo y uno en el de arriba. El interior de la iglesia es una nave de pequeñas dimensiones que actualmente ofrece servicios de Casa de la Cultura.

Convento de la
Consolación

Se fundó en 1499 tras la estancia en Jerez del Visitador General de la Orden de San Francisco.

Un grupo de beatas decidió profesar la regla de Santa Clara, solicitando para ello la preceptiva autorización que concedió Alejandro VI en el año citado.
Posteriormente cambiaron a la Orden Tercera; contaba a finales del siglo XVIII con veinte monjas profesas y dos novicias.

Secularizado en nuestro tiempo, fue enajenado por le Estado y convertido en casa particular. La construcción responde al modelo de casa solariega típico de Jerez.
Se trata de una construcción en dos plantas con vanos rectangulares y un claustro interior con arcos de medio punto en el piso bajo que se sostienen por pilares.